Mucho se especula sobre la antigüedad y los orígenes del Tantra, pero lo que sabemos de cierto es que la mayor parte de especialistas sitúan la cuna del Tantra en las ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa, en el antiguo valle del Indo, actual Pakistán, en el siglo V a.d.C. Aunque no hay constancia escrita hasta el siglo V d.C, donde surgen los primeros manuscritos o Tantras.

Posteriormente se desarrolló por los actuales estados de Kerala, Assam, Bengala, Tibet, extendiéndose finalmente por toda Asia, e incluso hasta el Este de Europa. Tuvo su mayor auge en los siglos IX, X y XI en la región de Cachemira donde floreció, sobre todo, el Tantra Shivaita con grandes autores como Abhinava Gupta, quién recogió en su Tantraloka, las diferentes tradiciones tántricas que existían entonces.

Explicar con palabras lo que es el Tantra no es tarea fácil.

El Tantra podría definirse como un camino de autoconocimiento, de exploración y de investigación, un camino que te lleva a reconocer tu verdadera esencia liberándote y despojándote de todas las creencias limitantes del ego que condicionan tu vida, los juicios y pre-juicios, las enseñanzas religiosas, sociales, culturales… Es un camino que te lleva a reconocer la Realidad Última, la gran Liberación, la Iluminación. El gran despertar.

Uno de los puntos principales del Tantra es el reconocimiento de la Energía Kundalini, como expresión de la divinidad interna. A través del placer y del gozo, del despertar de la Energía Sexual, el ser humano puede armonizar y unificar su dualidad interna, energía masculina y energía femenina, conectando así la conciencia individual Shakti, con la Conciencia o la Sabiduría Suprema, Shiva, alcanzando estados de éxtasis profundos, de conexión con uno mismo, con los demás y con la existencia misma.
Verma RodriguezVerma

Pero el Tantra va más allá, el Vigyan Bhairav Tantra, texto sagrado que fue popularizado por el místico Osho, contiene 112 meditaciones que Shiva, el principio masculino, le ofrece a Shakti, el principio femenino, como respuesta a sus diferentes preguntas sobre el amor, la muerte, la conciencia… Son técnicas meditativas para que Shakti pueda experimentar en ella misma la respuesta. Y sólo 6 de estas meditaciones hacen referencia directa al encuentro sexual.

Es por esto que el Tantra puede definirse también como un conjunto de técnicas que tienen como objetivo desmontar la mente, desmontar el Ego. El propósito del Tantra es acercarnos a nuestra verdadera esencia, a nuestro verdadero Yo, abriéndonos a la vulnerabilidad, rindiéndonos al Amor, entregándonos completamente a la vida, confiados y alegres, haciéndonos conscientes de nuestro potencial y divinidad internas. Es una nueva visión sobre nosotros mismos, las relaciones con los demás, con la naturaleza, con el placer.. un entendimiento y comunión con el todo que NO pasa por la comprensión mental e intelectual de las técnicas en sí, sino por la experimentación a través del cuerpo, por la transmutación y sublimación de todos nuestros oscurecimientos e instintos primarios en Compasión, Aceptación y Amor, absorbiendo cada vivencia en el corazón.

Debido a su expansión por el mundo y a la represión ejercida en muchas épocas pasadas por invasores de diferentes étnias y religiones, el Tantra pasó de ser un pilar de la sociedad, la cultura y el conocimiento de la época, a estar proscrito y perseguido, relegado a la práctica secreta de transmisión directa de maestro a discípulo. Se forman así múltiples escuelas muy diferentes entre sí, algunas de ellas contradictorias incluso, pero que pueden agruparse en dos grandes líneas: La línea blanca, sutil, meditativa y de rituales simbólicos como el Budismo Tántrico y la línea roja, directa, sexual y de rituales físicos como el Tantra Shivaíta o el Tao Sexual.

El Tantra, independientemente de la línea o escuela que se siga, es un viaje hacia dentro, hacia el corazón y el encuentro con tu auténtica esencia: la libertad de tu Ser.

Osho
El tantra es el camino de la totalidad: ni obsesionarse con el mundo, ni retirarse de él. Es estar en el mundo con ligereza, con una leve sonrisa. Es juego. El tantra no se  toma las cosas en serio. Es ligero de corazón; se ríe. Es desvergonzadamente terrenal e infinitamente trascendental. La tierra y el cielo se encuentran en el tantra; es el  encuentro de los opuestos polares
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