Cuanto más ahonda uno en las implicaciones biológicas, psico-emocionales y energéticas de la sexualidad humana, dos cosas surgen que llaman la atención:
La primera es el increíble entramado de influencias, efectos e impacto que ésta tiene sobre quiénes somos, cómo sentimos y actuamos y en un sentido más global, en cómo auto-alimentamos los mecanismos que limitan nuestra capacidad de sentir y expresar nuestra divinidad.
La segunda es tal vez más compleja si cabe, ya que a pesar de que hoy en día existe gran cantidad de personas entregadas a su crecimiento personal y evolución espiritual, son muy pocas las que han trabajado su energía sexual y menos aún las que conocen la Sanación Sexual.
LA ENERGÍA SEXUAL.
Para vislumbrar sus implicaciones vamos a tener que ver la situación desde varios enfoques.
Uno clave y contundente es la neuroquímica y los procesos hormonales. Aquí entran en juego diversas hormonas y receptores andrógenos, como la dopamina, la oxitocina y la prolactina.
Los avances en los estudios de este campo nos permiten saber que estas tres hormonas, junto a la del estrés, la testosterona y los estrógenos, están no solo detrás de nuestra conducta sexual y vida afectiva, si no que son responsables y co-factores de importancia, por exceso o defecto, en una gran variedad de trastornos psicológicos y físicos relacionados o no con el aparato reproductor o la sexualidad, llegando a alcanzar desde simples dolores de espalda o cabeza, hasta procesos degenerativos como algunos tipos de cáncer.
Entendemos así que, por ejemplo, tras millones de años de evolución en el planeta, estamos diseñados para perseguir los picos de dopamina, hormona de la recompensa y de oxitocina, hormona del cariño, buscando así una pareja sexual y el sexo orgásmico convencional. Este tipo de sexo, llamado “sexo de descarga”, en clara alusión al orgasmo eyaculatorio masculino, conlleva en sí mismo una fuerte caída de ambas hormonas (dopamina y oxitocina) y una subida de la prolactina, hormona de la saciedad. Asegurando la variedad genética, además, cuando el “sexo de descarga” se realiza de manera exclusiva y continuada con una misma pareja, en la mayor parte de los casos los picos de oxitocina, dopamina y fenililetilamina, son cada vez más difíciles de conseguir, y los niveles de prolactina relacionada con los estados depresivos, de irritabilidad, de resignación, desordenes del apetito sexual, etc, cada vez son más altos y prolongados provocando una mayor sensación de malestar y cansancio general, inestabilidad emocional, etc. La asociación inconsciente de la pareja sexual a los niveles altos de prolactina suele ser el origen de la mayoría de los conflictos entre parejas estables. Esto sucede también a la larga en los encuentros sexuales eventuales de manera establecida.
Otra vertiente importante a tener en cuenta en la Sanación Sexual, es la energética y evolutiva.
Entendiendo antes la estrecha vinculación que existe entre energía sexual, energía vital y energía física, debemos ir más allá en cuanto a su vinculación directa con la energía espiritual, con la energía divina que todos poseemos y que en el Tantra se conoce como Kundalini.
Por otro lado, la energía sexual vinculada estrechamente al placer, a la capacidad de sentir, la capacidad de vinculación afectiva, empatía, amor, vulnerabilidad, receptividad, creatividad, así como las capacidades de atención, concentración, equilibrio, reacción… se transforma en una de las energías más importantes y poderosas de cuantas fabricamos habitualmente.
El placer es tal vez el punto más importante, por su capacidad sanadora y su vinculación con la conexión espiritual y el potencial energético humano. Todos los centros y zonas que generan energía sexual y placer, están conectados directamente con las partes más primitivas de nuestro cerebro, el reptiliano y el límbico.
En cuanto a este último, el límbico, responsable de nuestras emociones, existe una impronta llamada Impronta límbica, conocida ya por muchos profesionales, que viene a ser como un programa básico de funcionamiento, estructura y asociaciones fundamentales psico-emocionales, que condicionará profundamente nuestro paso por la vida.
Esta impronta límbica se establece entre la concepción y los primeros años de vida, destacando lamentablemente el trauma del nacimiento, por el que pasamos la gran mayoría y en el cual, se establece una compleja asociación inconsciente entre culpa y placer. Esta asociación limita así, entre otras, la cantidad de placer que somos capaces de sentir y la cantidad de energía que somos capaces de generar y con ello los estados de unión y conexión espiritual a los que podemos acceder.
La tercera parte que se forma en el gameto es lo que más tarde acabará siendo el Punto Sagrado, en la cavidad vaginal en la mujer y anal en el hombre. Este punto, conocido como punto G en occidente, es de vital importancia dentro de la sanación sexual, ya que guarda registros energéticos de todo lo vivido desde poco después de la concepción y posee una relación energética directa con Kundalini, Muladhara y los centros superiores Ajna y Sahasrara. Así una parte importante del proceso pasa por el despertar de este punto y la apertura de nuevos niveles de placer y energía sexual.
LA SANACIÓN SEXUAL
La existencia de Sanadores Sexuales ha sido registrada por ejemplo, en las tribus de Norte América o en las culturas tribales del Indos, existiendo desde hace más de 2000 años y sobreviviendo en todo tipo de culturas y sus respectivas prohibiciones y cazas de brujas.
Si bien es cierto que los sanadores sexuales occidentales fundamentan su trabajo en el Tantrismo y el Taoísmo, la visión occidental complementa a éstos con el conocimiento científico sobre la neuroquímica cerebral y otros procesos, sistemas y elementos biológicos implicados en el sexo, como nuevos conocimientos en bioenergética, psicología transpersonal y un largo etc.
Así, para comprender la sanación sexual es muy importante tener una visión global, que abarque un conocimiento básico de múltiples especialidades, ya que en ella se engloban cosas tan diversas como procesos hormonales, diversos tipos de yoga, psicología, nutrición, anatomía física y energética, filosofía, masoterapia, meditación o técnicas energéticas entre muchas otras.
Tras el reconocimiento de la divinidad interior del ser humano, la energía sexual como expresión de esta divinidad y el placer no como objetivo, sino como medio de reconexión, la Sanación Sexual busca por un lado, desbloquear y armonizar todos los centros y canales energéticos principales, incluyendo los sexuales, liberar y expandir la energía sexual y despertar el potencial de los Puntos Sagrados y por el otro, facilitar la información necesaria para que la persona comprenda su proceso, no solo a un nivel físico, sino también energético, emocional, mental y espiritual, además del conocimiento que le permita tomar consciencia de la energía sexual y su manejo consciente en busca de, por ejemplo, un control consciente de los niveles de dopamina, oxitocina, oligoelementos, oxígeno o prana entre muchos otros objetivos.
Esto es un profundo e intenso trabajo que repercute en prácticamente todos los aspectos de la existencia. Más allá de la vida sexual, algunos de sus trabajos, como el verdadero Masaje Tántrico, realizado con la consciencia, el conocimiento, la presencia y la energía necesarios por parte del Sanador, pueden abrir profundos procesos de sanación de heridas emocionales, patrones y creencias mentales o problemas físicos, integrando la consciencia de nuestro Ser y permitiendo mediante el placer, el amor incondicional y la entrega, acceder a estados de conciencia ampliada, despertando los Siddhis o logros, hasta el despertar completo de Kundalini y la Realización Última.
No hay que olvidar que según las tradiciones tántricas, ningún ser consciente de su sexualidad, es manipulable por religiones, dogmas, estructuras sociales, políticas o de ninguna otra clase, ya que posee una conciencia clara de su ser superior, una maestría sobre los elementos, las emociones y el pensamiento, que le dan acceso incluso a la trascendencia de la muerte y la realidad física. Tal vez, como dice la sabiduría tántrica, al final del Kaliyuga, la época oscura, coincidente con el tiempo actual, el Tantra renacerá y la consciencia humana preparada ya para trascender la sexualidad biológica, despertará la divinidad interna latente en cada ser.
David Alcalde. Masoterapeuta Tántrico. Instructor de Tantra Kriya Yoga. Quiromasajista. Gemoterapeuta. terapeuta Reiki y de Elixires Vibracionales.
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