¿Son compatibles el Tantra y el Shibari? Muchas personas que están en el camino espiritual del Tantra responderán rápidamente que no, pero antes de ponerse nadie las manos en la cabeza con los chakras indignados, veamos qué pasa en el sistema energético cuando somos atadas e inmovilizadas por otra persona.
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Una técnica sadomasoquista
El Shibari es un estilo japonés de bondage , práctica estético-erótica que consiste sobretodo en atar e inmovilizar a una persona siguiendo ciertos principios técnicos y estéticos, y empleando cuerdas generalmente de fibras naturales.
“Las ataduras pueden hacerse en una parte del cuerpo o en su totalidad, utilizando cuerdas, cintas, telas, cadenas, esposas o cualquier otro elemento que pueda servir como inmovilizador. En el marco de las prácticas Bondage, pueden utilizarse mordazas o privadores sensitivos como vendas en los ojos.” (1)
El bondage, normalmente se inscribe en el contexto BDSM ((Bondage, Dominación y Sado Masoquismo) “como una praxis sexual más o como elemento ritual en ceremonias de elevación espiritual a través de éxtasis sexual producido por la inmovilización o la suspensión.” (2)
El ingrediente erótico y excitante del bondage es la liberación mental que produce la cesión de la responsabilidad y la práctica de la vulnerabilidad. En el juego, la persona inmovilizada entrega su confianza a otra u otras personas y les cede la capacidad de acción sobre su cuerpo sin más opción que la liberación de la mente y sus preocupaciones. Esto, así de entrada, ya es terapéutico para personas con muchas preocupaciones cotidianas. Esta “entrega del mando” ya de por si provoca tranquilidad. “No puedo hacer nada por lo que no necesito esforzarme. Esto permite a la persona inmovilizada dejarse llevar, pudiendo ejercer así el abandono erótico de su cuerpo.
Huelga decir que entre la persona atadora y la que es atada hay una relación de confianza y cuidado mutuos absolutos. Y es esa confianza la que permite que esta experiencia pueda convertirse en un trance extático.
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¿Qué aporta ser atada a ciertas mujeres mujeres?
Muchas mujeres en determinados momentos y algunas, siempre, podemos tener dificultades para abrirnos a la experiencia arrebatadora del éxtasis sexual en el que todo el cuerpo está implicado y la energía fluye entre los chakras inferiores y los superiores abriendo el corazón que está justo a mitad de camino. Muchas veces esta desconexión del circuito energético se debe a un bloqueo en el 3er chakra, el responsable de la acción, la dirección, la toma de decisiones, el ego, la individuación , los límites,… algo muy típico entre mujeres emprendedoras, activistas, jefazas, feministas, madres solteras, mujeres que necesitan tener el control, etc. Es decir, mujeres con una dirección muy fuerte y, por lo tanto, un 3er chakra duro como una piedra.
Como ya hemos dicho, cuando una persona es atada por otra, se rinde a ella, se entrega a la experiencia de soltar el control totalmente. Cuando somos atadas, la rendición es total. No tenemos escapatoria y esto genera una relajación muy terapéutica en los casos citados.
Observando y compartiendo nuestra experiencia personal y comparándola con la de mujeres a las que acompañamos en talleres y masajes tántricos (practiquen o no shibari) , hemos analizado esta práctica de sumisión y sus consecuencias sobre el sistema energético. ¡Allá vamos!

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El sistema de chakras

El sistema energético de las personas consta de un circuito bio-electro-magnético que recorre todo el tronco desde la base del suelo pélvico a la coronilla, en el que encontramos 7 vórtices llamados chakras. Cada uno de estos chakras tiene una carga de polaridad energética, alternándose la positiva con la negativa. Así, como en todo circuito eléctrico, el polo positivo emite energía al polo negativo, de éste se mueve al siguiente polo positivo, etc. En los cuerpos de mujer cis (3), el primer chakra, relacionado con la supervivencia, es negativo-receptivo (de ahí la forma del coño – del indoeuropeo cunt = lugar sagrado-); el segundo, que gestiona la sexualidad y la sensualidad es positivo-emisor; el tercero, en el que se halla el ego, los límites, la dirección, etc., es negativo-receptivo, el cuarto o corazón, que nos abre al amor, es positivo-emisor, etc. En el cuerpo masculino cis las polaridades están invertidas, siendo el primer chakra, en el que se encuentran los genitales externos, positivo-emisor, el segundo negativo-receptivo, etc.
Pero estas polaridades no son algo estático, fijo, inamovible y universal. Van cambiando según las circunstancias externas, emocionales, vitales, etc. y cuando un polo cambia su signo, el resto también lo hace. Cuando un polo negativo se positiviza, el polo anterior y el sucesivo se negativizan y así sucede con todo el circuito. Si no siguieran alternos, la circulación de la energía no sería posible.
Entendiendo que la energía circula chakra por chakra hasta la pineal, Kundalini necesita el camino despejado para ascender (de ahí que la gran mayoría de trabajos corporales se enfoquen en desbloquear la energía estancada en el cuerpo sutil) y uno de los grandes obstáculos es la escisión creada por un diafragma tenso y rígido, que no se relaja nunca y mucho menos, se rinde, imposibilitando que la energía suba hasta el corazón.
Una mujer con una vida de luchas y constantes tomas de decisiones por dedicarse a dirigir grupos, una empresa, proyectos, o una crianza en solitario , por ejemplo, necesitará un 3er chakra positivo, lo que afectará a la polaridad intrínseca natural de toda su cadena de chakras, alterando las propiedades emisivas del segundo y cuarto chakra, y dificultando así el desarrollo de su potencial sexual y su conexión entre el sexo y su corazón.
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La adrenalina y el primer chakra

Cuando una mujer es atada, lo primero que se activa es un fuerte estado de alerta. Se ponen en alerta todos los sentidos; se agudiza la escucha, los olores, se dilatan las pupilas, se acelera la circulación y la respiración… ¿Y qué es lo que desencadena esta respuesta física? La adrenalina.
Hemos encontrado un texto de Carlos Sainz (4) que describe el proceso de esta hormona en el cuerpo físico y añadiremos entre paréntesis el proceso que se desencadena a nivel energético… Casi nos parece ver las caras de estupor al leer el nombre del autor de referencia, jajajjaj. No sabemos si Carlos Sainz practica Tantra o no, pero lo que está claro es que de sentir adrenalina en el cuerpo sabe un rato…
“La adrenalina, también conocida como epinefrina, es una hormona que aparece como respuesta del cuerpo al estrés. Hace siglos, de hecho, podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Nuestros sentidos elevados nos preparaban para luchar o para huir. (Ser atadx nos conecta con memorias del inconsciente colectivo de peligro, riesgo, sometimientos, etc. En cuánto nos ponen una cuerda encima, entramos en estado de alerta). De manera que, lo que originalmente fue un instinto de supervivencia, (aquí entra en juego el primer chakra) hoy en día se aplica a cualquier disciplina deportiva de alto riesgo (y añadiremos, el Shibari/Bondage). Un atleta, cuando participa en un deporte o actividad física, (o una persona es atada) libera adrenalina en su sistema circulatorio. Esto produce un aumento de la energía enviada a los músculos (el propio Carlos Sainz habla de energía) y la respuesta de éstos es aumentar su capacidad de reacción. (¡¡pero en el shibari no puedes moverte!!) Lo que se traduce en un aumento en el estado de alerta, provocado por la ¡¡excitación del sistema nervioso central!! (es decir, con el shibari activamos la energía de todo el cuerpo). El cuerpo comienza a sudar para enfriar los músculos, y las pupilas se dilatan en un esfuerzo por absorber más información del entorno. El atleta ya está listo para entrar en acción (pero tú que estás siendo atadx no puedes entrar en acción. Aún así, tu sistema nervioso al completo se ha alterado).
Cuando la adrenalina se libera en el torrente sanguíneo, invariablemente encuentra su camino hacia el corazón. (Oh nuestro gran amigo, ¡ahí es dónde queremos llegar! ) Y éste, al notar el aumento en los niveles de adrenalina, intensifica inmediatamente el ritmo y la fuerza de sus latidos. El resultado es un aumento de la presión arterial, que a su vez permite un incremento en el intercambio respiratorio, (Oh la la! La respiración también se ve alterada durante la práctica del Shibari, y a más respiración, más presencia) haciendo que haya más oxígeno disponible (y Prana o Qi, es decir, energía) .
Cuanto más oxígeno llega a tus músculos, mejor será tu rendimiento.”
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¿Dónde queremos llegar?
Cuando el primer chakra se activa debido al estado de alerta del instinto de supervivencia, la mezcla de miedo y excitación despierta nuestros sentidos, expandiendo nuestra consciencia a todo el cuerpo; se activa entonces el segundo chakra. Cada roce, cada respiración, cada sensación se multiplica por mil. Nuestro cuerpo brota sensualidad por cada poro de la piel. Entonces te descubres completamente inmovilizada. La persona atadora ha hecho su trabajo: no puedes huir, no puedes luchar, sólo tienes una opción, rendirte. Y es aquí donde surge la magia; cuando la persona atada se rinde, la mente controladora se rinde, el diafragma se rinde y la energía puede continuar su recorrido elevándose hasta el corazón, el cuarto chakra, el chakra del Amor.
El tercer chakra entonces vuelve a la polaridad intrínseca natural en el cuerpo de la mujer cis, a su receptividad, igual que su sexo, y el segundo y cuarto chakras, a su polaridad positiva.
¿Esto qué significa? La mujer controladora, mental, tensa, con dificultades para experimentar todo su potencial sexual, consigue salir de la mente, bajar la energía al cuerpo, polarizar su cadena de chakras y conectar su corazón (positivo) con su sexo (negativo) restableciendo el flujo natural de su eje de magnetismo.

La experiencia puede ser extremadamente gozosa si se realiza con amor, cuidado, respeto y consciencia y, como ya hemos dicho, si hay consentimiento y ganas entre las dos partes, ¡siempre!. Se puede utilizar como juego per se, como terapia cuando sentimos que necesitamos relajar un tercer chakra duro como una piedra, como preámbulo a una relación sexual, como un juego erótico más dentro del amplio abanico de posibilidades que abarca la sexualidad humana. Aprender a experimentar y sostener el disfrute de ejercer poder sobre una persona o ceder completamente el control, y observar la energía que se despliega en ambxs sin juzgarla. Observar también cuándo se convierte en una adicción por dominar o ser dominado, cuándo es una necesidad real para sentir y cuándo se convierte en una patología que nos trae más problemas que placeres.
Porque sí, puede convertirse en patológico. El poder, la adicción, someter, sentir… son todas energías del tercer chakra. Y podemos enredarnos y perdernos en la energía del tercero, o permitirnos llegar al cuarto, Anahata, convirtiendo el Shibari en una práctica sublime para abrir el corazón.
Texto escrito por Marta Trigo y Verma Rodríguez.
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